Medicina tradicional y medicina contemporánea
Autor: Arturo Estrada
Técnica: Acrílico/Madera
Superficie en M2: 44
Estación:
Centro Médico, pasillo de correspondencia entre Línea 3 y 9
El 29 de agosto de 1988, el entonces presidente Miguel de la Madrid, inauguró en la estación Centro Médico, Línea 3, el mural Medicina tradicional y medicina contemporánea, del artista Arturo Estrada.
En entrevista con Estrada, explica que el mural realizado en una superficie de 44 metros cuadrados inicia con la llegada, a cierto lugar de la ciudad, de las brigadas sanitarias que son motivo de alegría: se trata de un conjunto de doctores y enfermeras que brindad atención y capacitación a las personas que acuden. “Ahí vemos a un obrero con muletas, una ama de casa con sus hijos, un hombre lisiado de la mano, entre otros”.
Del lado derecho, prosigue, “vemos a un doctor vacunando a una niña, y detrás de éste, una enfermera aplicando la vacuna oral a otra nena; asimismo, se encuentra otro médico analizando una radiografía que refleja la fractura de un brazo”.
Al fondo, señala, “se puede ver un espectáculo musical, con lo que la gente, además de recibir orientación para tener buena salud, se divierte”.
El mural continúa con la imagen de hierbas medicinales, en donde el artista indicó: “La herbolaria, desde tiempos ancestrales, ha sido indispensable en la salud del mexicano; por ejemplo, en la pintura podemos ver la flor de manita, ataca el mal del corazón; la sábila, que acelera la digestión; el nopal, contra la diabetes; el ajo, combate el reumatismo; el cirían, contra enfermedades del pecho; el ojo de venado contra el “mal de ojo”, entre otras. La técnica utilizada en este mural es acrílico sobre superficie de madera y la realización duró cerca de cuatro meses.
Propiedades curativas de animales
Además, aunque del mundo mineral, el pintor también reconoce las aportaciones del alumbre y del azufre y las propiedades curativas de animales como: el caracol, el zorrillo, la rana y la serpiente.
De fondo, vemos una persona que recibe radiaciones mediante la bomba de cobalto (aparato que a determinada distancia del cuerpo emite energía en forma de rayos gamma), utilizando la bomba, con fines benéficos para la humanidad, no para la destrucción. Después, está una enfermera que analiza sustancias por medio de un microscopio, sobre ella, se encuentra el símbolo de la medicina: el Caduceo de Escolapio, agregó.
En el centro del mural, Estrada subrayó que quiso darle importancia al nombre de la estación Centro Médico, “por lo que pinté a unos doctores realizando una operación, frente a ellos, un enfermo que es auscultado por otro doctor, y a su lado, está su madre que espera afligida el resultado”.
Tlazoltéotl, diosa de las parturientas
Continuando con la explicación, el artista comentó que del lado derecho, una pareja recibe orientación sobre la planeación familiar. En la parte de arriba, se ve a Tlazoltéotl, diosa de las parturientas de la cultura mexica, que preside el alumbramiento de un niño al cual un doctor le está cortando el cordón umbilical.
Después vemos a la familia con su niño sano, que lo muestran orgullosos, y las palomas que están arriba de él, son símbolo de que el niño pueda crecer y desarrollarse plenamente en un mundo pacífico.
La salud se construye
Para completar la idea general de la obra, Arturo Estrada afirma que “la salud se construye, por lo que vemos a unos albañiles que construyen en equipo una barda, y al fondo, se ve que el trabajador y su familia disfrutan de su salud, están haciendo ejercicio muy contentos en un medio donde pueden hacerlo, pues los médicos siempre han recomendado que hacer ejercicio es la base para contrarrestar las enfermedades”. La serpiente ubicada en la trabe, era un símbolo de progreso y bienestar para los mexicas. “El mensaje que quiero expresar es que la gente recuerde que hay que cuidar la salud”, indicó.
Acerca del autor
Arturo Estrada nace en Panindícuaro, Michoacán, en 1925. Se inicia desde niño en la pintura en el taller de Miguel Moreno. En 1941 ingresa a la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda. Tuvo como maestros a Raúl Anguiano, Feliciano Peña y José Chávez Morado. De 1943 a 1946 tuvo como maestros a Diego Rivera y a Frida Kahlo.
Sus obras en pintura se caracterizan por la alegría y diafanidad del colorido, así como por la exquisitez de las formas. Ha expuesto desde 1945 en: Palacio de Bellas Artes, casas de cultura de la Ciudad de México y de provincia, Museo de Ciencia y Artes de la UNAM, en la Galería Mexicana de Arte en San Antonio, Texas, en California, Canadá, Venezuela, Colombia, en China, Bulgaria, Polonia, Rumania, entre otros.
En la pintura mural utilizó el realismo con temas propios de la sociedad. Tiene murales en edificios públicos y privados de la Ciudad de México, en San Luis Potosí y en Michoacán.
Entre 1983 y 1985 fue director de La Esmeralda y actualmente se dedica íntegramente a su propia actividad como pintor, plasmando a manera de resumen la amenaza del horror, la tragedia y la miseria que vivimos día a día.